Arteterapia
"El color es alma - el alma es color"
Rudolf Steiner
Entonces, ¿por qué Lanzarote?
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Porque los colores en nuestra latitud y en nuestro clima desértico brillan y nos invitan a dejar que nuestra alma brille también.
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Porque el juego de colores nos hechiza: tierra marrón rojiza con muchos matices hasta tonos negros, además el cielo azul cálido y el azul profundo hasta el mar turquesa.
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Porque ningún bosque perturba las suaves formas del paisaje y los volcanes nos invitan a crear con arcilla.
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Porque las noches estrelladas nos llevan al infinito y queremos rastrearlas dinámicamente.
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Porque el viento constante hace que las palmeras vibren - y el alma baila de inmediato con ellas.
El mundo nos presenta con sus colores, luz y oscuridad, ligereza y pesadez en todas sus formas y movimientos infinitamente ricos. En la terapia del arte entramos en contacto con nuestros poderes de autocuración a través de nuestro trabajo creativo, con el fin de devolver lo que puede haber perdido el equilibrio dentro de nosotros a una armonía viva. Para ello utilizamos los dones de la naturaleza, que son nuestro material de trabajo. Cuando pintamos los colores hablan directamente a nuestra alma, pintar nos satisface, nos anima y nos da nuevas motivaciones. A través de nuestro ritmo de vida somos colocados en el mundo de la luz y la oscuridad (día y noche). Al dibujar luz - oscuridad, buscamos equilibrar estas polaridades. Como resultado, nuestras acciones afectan nuestros poderes curativos. Con nuestro cuerpo nos movemos en la tensión entre la ligereza y la pesadez. En la creación tridimensional (modelado) nos sumergimos profundamente en las fuerzas que crean este campo de tensión y así podemos liberar de nuevo cualquier fuerza enterrada o bloqueada en nosotros. En la terapia del arte nos conectamos con estos mundos de energía pintando, dibujando y modelando, renovando nuestros poderes creativos y activando nuestras propias energías internas para la curación.
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