Actividades de la semana 15 de 2025
- CENTRO-ANTROPOSOFICO
- 30 mar
- 2 Min. de lectura
Queridos amigos, queridas amigas de la Cultura:
Ayer tuve la oportunidad de volver al extremo norte de la isla, con vistas al sublime volcán que parece sacado de un libro de cuentos, con el nombre de Corona, que, hay que reconocer, ya está bastante gastado. Aquí, este nombre hace referencia a una verdadera coronación. El macizo de Famara, sobre el que se encuentra, se considera la parte más antigua de la isla, que luego se unió a los Ajaches del sur para formar Lanzarote. El suelo es de color ocre, las nubes que traen humedad y sombra, que a veces se quedan estancadas entre 400 y 600 metros sobre el nivel del mar, son benévolas con la flora. En este momento, las margaritas amarillas se asoman al sol, al igual que las Echium lancerottense violetas, las Limonium bourgeaui... Con estos nombres imperceptibles y que no generan imágenes, pero que se pueden buscar, me gustaría invitaros a ver la diversidad de plantas autóctonas que hay aquí, con subespecies muy propias, pero también endémicas. ¡Es asombroso!
Los momentos culminantes de mi paseo fueron una pequeña abeja solitaria que se coló varias veces bajo mi zapato, curiosa y valiente. Quizás en busca de un lugar de anidación con sombra. Y finalmente, una majestuosa hubara que se elevó en el aire desde muy cerca con sus grandes alas, que, fíjate, pueden tener una envergadura de hasta 170 cm.
Muchas veces me sorprende la cantidad de gente que visita Lanzarote sin tener ni idea de cómo es la vida aquí y me consuelo pensando que quizá simplemente no tienen tiempo para conocerla. Tiempo en el que quieren ver «mucho» a ser posible, bajarse rápidamente del coche de alquiler para hacer una foto o un selfie del paisaje y dirigirse inmediatamente al siguiente lugar. Posiblemente se hagan una primera impresión para luego volver, agacharse y quedarse un rato.Sobre todo ahora que por fin ha vuelto la primavera.
Saludos soleados
Mikaela Nowak




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