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Actividades en la 3ª semana de 2025

Queridos amigos, queridas amigas de la Cultura,


Los niños vuelven al colegio, se retoma el trabajo y los adornos navideños desaparecen poco a poco. Los escaparates de las tiendas de los alrededores anuncian sus productos en oferta... Algo está llegando a su fin...


A la vez: El Año Nuevo acelera su ritmo, ahora que aquí en España se ha iniciado con 12 campanadas y 12 uvas en la boca. Intentamos movernos a su ritmo, todavía algo vacilantes y tal vez temblorosos. El eco de las Noches Sagradas aún resuena en nosotros y sus intervalos no parecen ir del todo a la par con lo que nos espera ahora. Nos encontramos en esta turbulencia caótica que se produce cuando cambia la dirección del movimiento de rotación en el agua y que hay que soportar hasta que surge un remolino armonioso en la nueva dirección de rotación. Al menos en mi experiencia, estos días representan un punto de inflexión de este tipo.


Ayer observé la salida del sol de la oscuridad sobre la cordillera de los Ajaches y vi cómo el sol despertaba suave y cálidamente todo lo que aún dormía en la bruma. También lo vi ponerse de nuevo más tarde, en la costa de Janubio, Venus brillando más ahora donde el sol se desvanecía y besando el mar en profundos tonos anaranjados. Pero las olas permanecían despiertas, siempre respirando, de día y de noche. Se agitaban, se inclinaban, fluían. 


Al tomar conciencia de estos enormes ritmos que han durado -y durarán- muchas vidas humanas en la tierra, en esta vitalidad respiratoria del mundo, pude encontrar apoyo en mi búsqueda de ritmos en el cambio de año.


¡Que tú también llegues bien en este nuevo año!

Mikaela Nowak







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