Querid@s amig@s de la cultura y de la isla,
En los senderos de Lanzarote, es posible que te cruces con un alcaudón. Estas aves solitarias no sólo son fáciles de ver en el árido paisaje, sino que llaman la atención con su canto especial y sus llamadas de advertencia.
Tengo la impresión de que son aves con una actitud curiosa hacia los humanos. Con su mirada depredadora, observan atentamente los movimientos a su alrededor y dejan que te acerques a ellos ya que tienen su entorno bien controlado. También es esta mirada la que sigue a ratones y lagartijas, su comida favorita aquí.
Sentado en un arbusto espinoso, «mi» alcaudón con su pinta de Zoro me saluda por la mañana. Astuto como ellos solos, también ha alanceado a su presa en la mandíbula inferior para poder alimentarse de ella durante más tiempo. La foto adjunta muestra los restos ya huesudos de «mi» alcaudónl... ¿Puedes reconocerlos?
¡Son estos pequeños descubrimientos que me llegan a sorprender mucho!
De todo corazón
Mikaela Nowak
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